jueves, 28 de abril de 2011

EL PAÍS DE LÓPEZ-DÓRIGA



Para nadie es un secreto que el Canal de las Estrellas es el más sintonizado por los televisores mexicanos. Millones de ánimos y desalientos en nuestros país son generados desde la señal que ha dejado innumerables ganancias económicas y políticas al clan Azcárraga. Más de medio país baila, de lunes a viernes, al son que le tocan un pueril Loret de Mola, una barra de oligofrénicos programas matutinos, un maratón vespertino de lacrimógenas telenovelas y ... un noticiero nocturno especializado en "dosificar" la realidad con el toque chic del mojigato Joaquín López-Dóriga.

¿Cuántos son exactamente los mexicanos que tienen como referente de "buena información" el noticiero de López-Dóriga? ¿Cuántos son los mexicanos que engullen su cena o se recuestan comodinos a las 10:30 p.m. para recibir "las noticias del día" de ese señor que, con su sóla criolla presencia ante la cámara, garantiza a millones de mestizos que recibirán las netas de mayor prioridad? ¿Cuántos mexicanos se duermen con la certeza de que las rebeliones ciudadanas en el Medio Oriente o un cursi y caduco ritual llamado "Boda Real" son más importantes que el desastre político de su país? ¿Cuántos mexicanos despiertan recordando como noticia importante que un Papa que protegió sacerdotes pederastas y bendijo dictaduras de derecha será beatificado? ¿Cuántos mexicanos no comentarán con sus cuates de la chamba las terribles cifras de las narco-fosas del norte de la república y sí la estadística futbolera previa a la liguilla?

¿Cuántos mexicanos viven en el país de López-Dóriga? Ese país donde lo prioritario no es la realidad, sino enterrar la cabeza en la arena... Como el avestruz.

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