jueves, 28 de abril de 2011

EL PAÍS DE LÓPEZ-DÓRIGA



Para nadie es un secreto que el Canal de las Estrellas es el más sintonizado por los televisores mexicanos. Millones de ánimos y desalientos en nuestros país son generados desde la señal que ha dejado innumerables ganancias económicas y políticas al clan Azcárraga. Más de medio país baila, de lunes a viernes, al son que le tocan un pueril Loret de Mola, una barra de oligofrénicos programas matutinos, un maratón vespertino de lacrimógenas telenovelas y ... un noticiero nocturno especializado en "dosificar" la realidad con el toque chic del mojigato Joaquín López-Dóriga.

¿Cuántos son exactamente los mexicanos que tienen como referente de "buena información" el noticiero de López-Dóriga? ¿Cuántos son los mexicanos que engullen su cena o se recuestan comodinos a las 10:30 p.m. para recibir "las noticias del día" de ese señor que, con su sóla criolla presencia ante la cámara, garantiza a millones de mestizos que recibirán las netas de mayor prioridad? ¿Cuántos mexicanos se duermen con la certeza de que las rebeliones ciudadanas en el Medio Oriente o un cursi y caduco ritual llamado "Boda Real" son más importantes que el desastre político de su país? ¿Cuántos mexicanos despiertan recordando como noticia importante que un Papa que protegió sacerdotes pederastas y bendijo dictaduras de derecha será beatificado? ¿Cuántos mexicanos no comentarán con sus cuates de la chamba las terribles cifras de las narco-fosas del norte de la república y sí la estadística futbolera previa a la liguilla?

¿Cuántos mexicanos viven en el país de López-Dóriga? Ese país donde lo prioritario no es la realidad, sino enterrar la cabeza en la arena... Como el avestruz.

domingo, 3 de abril de 2011

EL ÚLTIMO ADIÓS*

*(Texto de Sergio Monsalvo C., publicado originalmente en La Mosca en la Pared, Especial No. 1 [Editorial Toukan, mayo de 2003]).

En los albores de la civilización, Homero, el escritor griego, registro el suicidio y sus razones: el dolor de la existencia dentro de una situación intolerable era una de ellas. El malestar que se sufre en las comunidades contemporáneas deriva de las mismas causas de entonces: "No se puede contrarrestar esa corriente de tristeza sin señalar a las sociedades que gobiernan las vidas de los individuos". [Kurt] Cobain en muchas ocasiones ya había dado aviso. Anunció su muerte, la presintió y la provocó. Su trabajo creativo fue todo ello. Los problemas existenciales y de estrés lo enfrentaron a barreras insalvables, desde su punto de vista. El futuro perdió toda proporción para él. Sintió debilitados los nexos que lo unían a la sociedad y a la vida. Optó por el suicidio.

Entre el 5 y el 6 de abril de 1994, Kurt Cobain se dio un tiro en la cabeza. El eco de aquel disparo aún no termina de desvanecerse en millones de cabezas. [...] La fuerza que esta muerte ejerce sobre las emociones y la imaginación aún representa un misterio.

No es posible reducir su efecto a hechos sencillos como canciones excelentes, un grupo magnífico y un cantante destacado, ni siquiera a su calidad de "voz de una generación". La respuesta no se encuentra tampoco en un examen detenido de los detalles de su vida. No fue algo simple el motivo que lo empujó a abandonar este mundo. Nunca lo es aquello que induce a una persona a elegir la muerte. [...] Tal vez no sepamos nunca cuál haya sido la mezcla de factores bioquímicos, antecedentes familiares, drogadicción, abandono, celebridad y odio por sí mismo que llevó a Cobain a autoinmolarse.

La noche en que se halló el cadáver, una persona entrevistada al respecto dijo: "¿Cómo establecer contacto con un tipo que se cree cada vez más fracasado conforme crece el número de personas que responden a lo que hace?". Dicho cuestionamiento determina lo que Cobain escribió antes de suicidarse, recado que merece un análisis más profundo del que se le ha dedicado. [...] Si bien sería una tontería considerar la despedida redactada por alguien antes de matarse como única explicación posible de sus motivos para hacerlo, lo sería por igual pasarla por alto y desechar sus implicaciones.

"Este recado será sin duda fácil de comprender -apuntó Kurt en la nota-. Mostraron ser muy ciertas todas las advertencias que me fueron hechas en las lecciones básicas del punk que recibí a lo largo de los años, desde mi primer contacto con -digamos- la ética inherente a los conceptos de independencia y pertenencia a la comunidad. Hace demasiado tiempo que no experimento más la emoción de escuchar música además de crearla, así como de verdaderamente escribir algo. [...] No puedo engañar a nadie, y eso no es justo ni para ustedes ni para mí. El peor crimen que se me ocurre es el de fingir para seducir a la gente, de hacer como que me divierto al cien por ciento".

[...] Las "advertencias" que menciona Cobain se refieren a la traición de los ideales, concepto que puede o no incluir el éxito comercial. Las dos corrientes de autenticidad del rock (folk y punk) convergieron, al fin, en los Estados Unidos. Es posible ubicar el momento de manera precisa en la canción "Out of the Blue and into the Black" (1979) de Neil Young, citada por Cobain en una parte del recado [...] Habrá que recordar que a finales de los setenta Young interpretó "Out of the Blue" dos veces, una al estilo folk con guitarra acústica y armónica, al principio del álbum, y otra al final acompañado por una guitarra triturante premonitoria del grunge: "Hey, hey, my, my / El rock'n roll no morirá jamás / Cuando sales de lo azul y entras a lo negro". Sin embargo, ésas no fueron las líneas recordadas por Cobain al redactar su despedida. La frase que el citó es la que todo mundo tiene presente: "Es mejor extinguirse en una llamarada que desvanecerse poco a poco". Palabras que ni siquiera figuran en la versión grunge, sólo en la folk.



La búsqueda de la autenticidad en el rock le llegó a Kurt Cobain como leyenda y legado histórico. Para él, la ausencia de diversión no era una protesta sino expresión de la naturaleza real de las cosas, presentes y futuras. En el mundo dentro del cual había nacido resultaba inconcebible cambiar algo. Lo más a lo que se podía aspirar era a mantenerse libre de corrupción y fiel a los principios, a no venderse ni convertirse nunca en farsante, a no fingir nunca. [...]

Cobain llegó a sentirse atrapado, sin duda, por la adoración de los intolerantes, de los fresas y los inconscientes, quienes consideraban a "Smells Like Teen Spirit" como una canción para animar fiestas y para los cuales el bizarro video de las porristas no era una anomalía sino el reflejo auténtico del mundo en el que se encontraban cómodamente instalados. Atrapado, como las lecciones básicas del punk le advirtieron que sucedería. Al cantar: "Ahí está un amigo, ahí está un amigo, ahí está un enemigo", parecía estarse dirigiendo, uno por uno, al auditorio de un concierto [...] Dicho en breve, al admitir en voz alta que en efecto sentía dolor dentro del mismísimo corazón de su ser, definió a la perfección el dilema que enfrentaba.

Con todo, [Kurt] logró comunicarse. Nadie, ni siquiera él, lo podía negar por completo. Es posible que cada quien haya escuchado lo suyo, no lo que Kurt quería que se oyese, pero siempre se sacaron grandes cosas de la música de Nirvana. A final de cuentas es posible que éste haya representado, para Kurt Cobain, el aspecto más aterrador de su vida y su carrera. Creía encontrarse solo con sus sentimientos, pero resultó que al sentirse solo logró comunicarse con todo el mundo.