sábado, 12 de marzo de 2011

VER MORIR

El suceso no es nuevo: mientras tú capoteas la vida con cierta placidez, te llega de pronto la noticia de que alguno de tus héroes murió. Claro que hay una gran distancia entre la muerte de un cuate que muchas veces la chocó contigo y la de un cabrón que admiraste pero que, incluso, nunca viste en carne y hueso. Si un cuate muere, lo que se te revela de golpe es la espantosa fragilidad de tu propia existencia y la de todos los que quieres; pero cuando uno de tus héroes culturales o musicales muere, te invade un sentimiento de orfandad intelectual y espiritual: alguien que legitimaba tus ideas y sentimientos más preciados, se ha ido. La sensación de orfandad se acrecenta en razón de que la mayoría de tus héroes son generacionales, y por lo tanto, insustituibles.

En esta última semana, dos más se agregarón al desolado valle de mis héroes caídos: Michael Starr (ex-bajista de la banda Alice in Chains) y Rita Guerrero (ex-vocalista de Santa Sabina). Michael Starr y su poderoso bajeo, son elementos esenciales de aquella primera mitad de los años 90's, oscura y desgarrada, donde los álbumes Dirt y Jar of flies atizaban mis tormentos; al igual que a Kurt Cobain y a Layne Staley (vocalista de Alice in Chains), la adicción al limbo de la heroína y otras drogas lo persiguió hasta el momento de su muerte.



Por su parte, Rita Guerrero, de inconmensurable belleza, contribuyó con su voz y con sus letras a afinar mi visión oscura, pero con la peculiaridad de esa inigualable carga erótica (vampírica) que Rita supo dar en álbumes de Santa Sabina como Símbolos y Babel. Grandes sobrevivientes (con dignidad) de aquel boom del rock mexicano a inicios de los 90's, Rita y Santa Sabina mantuvieron siempre la calidad estética de su propuesta, por encima de cualquier exigencia de mercado que les diera el mismo patético final que a Saúl Hernández y sus Jaguares.

... Pero ¿quién será el próximo en caer? ¿Quién será el próximo en desprenderse del domo generacional que tan bien nos guarecía de la cruel tormenta de lo intemporal?...

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